domingo, 7 de julio de 2013

MASAJE INFANTIL O PEDIATRICO


                

El masaje infantil es una antigua tradición en muchas culturas del mundo que se ha transmitido de madres a hijas y que ha sido redes cubierta en Occidente. 

Muchos estudios de investigación revelan la necesidad del contacto afectivo  como parte fundamental de los primeros años de vida, y el masaje infantil es uno de los más agradables, y fáciles métodos para establecer este primer contacto.

El masaje infantil es una técnica sutil, tierna y agradable, que por medio de la estimulación táctil nos permite comunicar de una forma intensa con el mundo corporal y emocional del niño.

Es el arte de la comunicación a través de las miradas, las sonrisas, el contacto, las palabras, el juego,... que nos acercan a cada bebé tan único.

El tacto es un poderoso medio para el desarrollo fisiológico, psicológico y emocional del bebé. 

Es un nutriente que  beneficia tanto al bebé, como a los padres y madres y/o persona a cargo de él, estimulando y fortaleciendo los vínculos afectivos y la escucha mutua.

El bebé no se nutre solo de comida, necesita fundamentalmente amor y cariño, que le proporcionen una seguridad y acogida emocional para poder crecer de forma  armónica.

Las palabras masaje infantil o pediátrico engloban una serie de técnicas de tacto, voz y mirada, que se han ido entrelazando, creando una estructura que aporta grandes beneficios.

Estos beneficios no se quedan tan sólo en el ámbito fisiológico, sino que llegan más allá, donde las fibras sensibles del sistema emocional son estimuladas y fortalecidas para poder crear un marco de confianza, seguridad y aceptación emocional.
Esto favorecerá un crecimiento más equilibrado en todos los ámbitos de su persona.

Actualmente, la mayoría de los padres y madres están sujetos a horarios laborales y a otras obligaciones, que dificultan dedicar a los niños el tiempo y la atención que requieren, olvidando en muchas ocasiones que también merecen disfrutar de los maravillosos momentos que los hijos ofrecen a medida que van creciendo.


Para el bebe supone compartir un rato de unión con la persona que le da el masaje resulta una experiencia no menos gratificante, al recibir el regalo de su sonrisa, sus sonidos, su pataleo...todo su cuerpo expresa bienestar.

Algunos de los benéficos que aporta el masaje infantil son:

Para el bebé:

Fortalece su sistema inmunológico.

Beneficia al sistema digestivo. Ayuda a calmar los cólicos.

Contribuye a desarrollar el sistema respiratorio. Equilibra los niveles de oxígeno.

Favorece el sistema circulatorio

Potencia el desarrollo de su sistema neurológico. Facilita el proceso de mielinización.

Favorece el sistema endocrino. Reduce las hormonas causantes del estrés.

Beneficia al sistema muscular.

El masaje tiene un efecto relajante y tonificante de la musculatura. Les enseña a relajarse. 

Facilita un sueño más largo y de mejor calidad.

Les ayuda a conocer su propio cuerpo. Facilita la integración del esquema corporal.

Contribuye a aumentar su autoestima.

Proporciona seguridad.

Estrecha los vínculos afectivos.

Fomenta la comunicación con el exterior.

Le ayuda a liberar las tensiones, tanto físicas como emocionales.

Facilita la expresión de sus sentimientos ofreciéndole soporte y contención


Para quien da el masaje:

Proporciona una excelente forma de comunicarse con el bebé. 

Permite detectar y responder  eficazmente a los mensajes no verbales del bebé. 

Fomenta la interacción.

Refuerza el instinto y la intuición.

Otorga autoconfianza y eleva la autoestima.

Ayuda a relajarse.

Representa un espacio y un tiempo de diversión muy positivos.

Desarrolla las habilidades para ayudar a sus hijos en el futuro.

Favorece la consolidación de lazos en el masaje.


Beneficios del masaje infantil

Sistema nervioso

La piel es el mayor y más poderoso sistema de comunicación de que dispone el bebé; a través del tacto se transmiten infinidad de mensajes del medio externo al interno (el cerebro).

Estos estímulos externos, durante gran parte de la vida del niño se reciben principalmente vía tacto (hasta los 12 años sigue siendo el sentido predominante para integrar información del mundo exterior).

El tacto favorece el proceso de mielinización. 

A partir de los 7 años, el proceso de inervación del córtex se suma al proceso de la mielinización que se haya producido.


Sistema inmunológico

Una situación de tranquilidad mantiene en equilibrio el sistema inmunológico y mejora su funcionamiento. 

El estrés, por el contrario, lo debilita.

La seguridad emocional que podemos ofrecer al bebé a través de un contacto corporal amoroso y continuado, así como el hecho de favorecer un estado de tranquilidad y relajación, fortalecerán su sistema inmunológico.

Sistema gastro-intestinal

El masaje durante los primeros meses ayuda a madurar el sistema gastro-intestinal, y después a regularlo.

El masaje ayuda en situaciones de cólicos y gases a disminuir el dolor y las incomodidades, y a aliviar el estreñimiento,  así pues, favorece la creación de un ambiente más distendido en la familia facilitando una mejor relación entre padres e hijos desde los primeros días de vida.

Sistema respiratorio

El masaje en la zona del pecho, espalda y hombros ayuda a regular el sistema respiratorio y a aprovechar toda la capacidad pulmunar.

Sistema circulatorio

A mayor aporte de oxígeno mayor limpieza de la sangre.

Los movimientos de vaciado venoso (los de entrada) ayudan al retorno de la sangre al corazón y producen un efecto tonificante. 

Los de salida ayudan a la sangre a llegar hasta los extremos (manos y pies) y producen un efecto relajante.

Sistema linfático

Ayuda a drenar el sistema linfático suavemente.

Sistema muscular

El masaje tiene un efecto relajante y tonificante de la musculatura. 

Ayuda a disolver nudos de tensión física y emocional, que el niño va acumulando a lo largo de los días. 
En el niño, las tensiones físicas se acumulan en diferentes zonas musculares según la fase motriz en la que se encuentre.

Placer sensorial

El placer sensorial es importantísimo para poder vivir el cuerpo y el ser con libertad, abertura, sensibilidad y autonomía.

El masaje es una muy buena herramienta que nos permite tomar conciencia, de forma placentera, de las dimensiones y el espacio de nuestro cuerpo en relación al espacio externo.

Nos permite conocer nuestros límites corporales, que en el futuro nos ayudarán a conocer nuestros límites respecto a los demás, a respetarlos y hacernos respetar.

Si este conocimiento ha sido placentero, implica una aceptación buena de uno mismo, factor clave para la seguridad, confianza y autoestima. 
Esta seguridad es la que nos mantiene en equilibrio emocional y nos permite abrirnos al mundo aceptando a los demás.

Equilibrio tensión-relajación. Función liberadora

Tensión: porque el estímulo táctil, auditivo, visual, emocional... que "juegan" en el masaje, ponen al bebé en estado de alerta, y lo abre a procesos de memorización y aprendizaje.
 
Relajación: porque reduce la tensión excesiva cuando se canaliza. 
Ayuda a autorregular y procesar las experiencias vividas y permite al bebé liberar las tensiones acumuladas del día con la persona en quien más confía, en un clima cálido, tranquilo, de amor y acogida. 

Con el masaje, el bebé aprende a responder a la tensión con la relajación.
El masaje diario aumenta el umbral para soportar los estímulos en la mayoría de los bebes. 
Los bebés con problemas de aceptación del tacto (prematuros, hipersensitivos...), van aumentando gradualmente la tolerancia de forma suave y cuidadosa.

La escucha del niño es básica al dar el masaje. 
El contacto corporal, vivido de forma positiva, ayuda al niño a disolver tensiones corporales-emocionales, ya que le permite una vía de canalización y salida de sus angustias. 

A veces, cuando tocamos a un niño durante el masaje, se desencadena el llanto.
Este llanto puede no estar relacionado a una razón fisiológica concreta, ni al rechazo a nuestro contacto. 

Podemos haber facilitado una vía de salida a una situación estresante. 

Este llanto es positivo y bueno que se produzca.
Saber escuchar y acompañar este llanto es una necesidad que acerca y fortalece la relación y la confianza. 

Por lo tanto podemos decir que el masaje en los niños tiene dos funciones liberadoras:

Liberadora de tensiones físicas producidas por la tensión excesiva.

Liberación emocional.

Vínculo afectivo
Ayuda a crear y a nutrir los lazos entre madre/padre/masajista/bebé, que tan importantes son en la relación y comunicación entre ellos.

Cuanto más vinculados estén los padres respecto al niño:

Más vinculado estará el niño con los padres, convirtiendo esta relación comunicativa tan fuerte en la base sobre la que se irá construyendo el desarrollo positivo de su persona.

Cuando hay unos vínculos afectivos fuertes, hay una buena base para un mejor conocimiento mutuo.

Aunque las condiciones no hayan sido favorables y no se haya podido establecer una vinculación inicial (prematuros, adoptados dificultad de contacto, etc.). 

En definitiva el masaje infantil o pediátrico puede ser una vía para potenciar los vínculos entre los padres, cuidadores o personas cualificadas en estas técnicas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario