El masaje infantil es una antigua tradición en
muchas culturas del mundo que se ha transmitido de madres a hijas y que ha sido
redes cubierta en Occidente.
Muchos estudios de investigación revelan la
necesidad del contacto afectivo como
parte fundamental de los primeros años de vida, y el masaje infantil es uno de
los más agradables, y fáciles métodos para establecer este primer contacto.
El masaje infantil es una técnica sutil, tierna y
agradable, que por medio de la estimulación táctil nos permite comunicar de una
forma intensa con el mundo corporal y emocional del niño.
Es el arte de la comunicación a través de las
miradas, las sonrisas, el contacto, las palabras, el juego,... que nos acercan
a cada bebé tan único.
El tacto es un poderoso medio para el desarrollo
fisiológico, psicológico y emocional del bebé.
Es un nutriente que beneficia tanto al bebé, como a los padres y
madres y/o persona a cargo de él, estimulando y fortaleciendo los vínculos
afectivos y la escucha mutua.
El bebé no se nutre solo de comida, necesita
fundamentalmente amor y cariño, que le proporcionen una seguridad y acogida
emocional para poder crecer de forma
armónica.
Las palabras masaje infantil o pediátrico engloban una serie de técnicas de tacto, voz y mirada, que se han ido entrelazando, creando una estructura que aporta grandes beneficios.
Estos beneficios no se quedan tan sólo en el ámbito
fisiológico, sino que llegan más allá, donde las fibras sensibles del sistema
emocional son estimuladas y fortalecidas para poder crear un marco de
confianza, seguridad y aceptación emocional.
Esto favorecerá un crecimiento más equilibrado en
todos los ámbitos de su persona.
Actualmente, la mayoría de los padres y madres están
sujetos a horarios laborales y a otras obligaciones, que dificultan dedicar a
los niños el tiempo y la atención que requieren, olvidando en muchas ocasiones
que también merecen disfrutar de los maravillosos momentos que los hijos ofrecen
a medida que van creciendo.
Para el bebe supone compartir un rato de unión con la persona que le da el masaje resulta una experiencia no menos gratificante, al recibir el regalo de su sonrisa, sus sonidos, su pataleo...todo su cuerpo expresa bienestar.
Algunos de los benéficos que aporta el
masaje infantil son:
Para el bebé:
Fortalece su sistema inmunológico.
Beneficia al sistema digestivo. Ayuda a calmar los
cólicos.
Contribuye a desarrollar el sistema respiratorio.
Equilibra los niveles de oxígeno.
Favorece el sistema circulatorio
Potencia el desarrollo de su sistema neurológico.
Facilita el proceso de mielinización.
Favorece el sistema endocrino. Reduce las hormonas
causantes del estrés.
Beneficia al sistema muscular.
El masaje tiene un
efecto relajante y tonificante de la musculatura. Les enseña a relajarse.
Facilita un sueño más largo
y de mejor calidad.
Les ayuda a conocer su propio cuerpo. Facilita la
integración del esquema corporal.
Contribuye a aumentar su autoestima.
Proporciona seguridad.
Estrecha los vínculos afectivos.
Fomenta la comunicación con el exterior.
Le ayuda a liberar las tensiones, tanto físicas como
emocionales.
Facilita la expresión de sus sentimientos
ofreciéndole soporte y contención
Para quien da el masaje:
Proporciona una excelente forma de comunicarse con
el bebé.
Permite detectar y responder
eficazmente a los mensajes no verbales del bebé.
Fomenta la interacción.
Refuerza el instinto y la intuición.
Otorga autoconfianza y eleva la autoestima.
Ayuda a relajarse.
Representa un espacio y un tiempo de diversión muy
positivos.
Desarrolla las habilidades para ayudar a sus hijos
en el futuro.
Favorece la consolidación de lazos en el masaje.
Beneficios del masaje
infantil
Sistema nervioso
La piel es el mayor y más poderoso sistema de comunicación de que dispone el bebé; a través del tacto se transmiten infinidad de mensajes del medio externo al interno (el cerebro).
Estos estímulos externos, durante gran parte de la
vida del niño se reciben principalmente vía tacto (hasta los 12 años sigue siendo el sentido predominante para integrar información del mundo exterior).
El tacto favorece el proceso de mielinización.
A partir de los 7 años, el proceso de inervación del
córtex se suma al proceso de la mielinización que se haya producido.
Sistema inmunológico
Una situación de tranquilidad mantiene en equilibrio
el sistema inmunológico y mejora su funcionamiento.
El estrés, por el
contrario, lo debilita.
La seguridad emocional que podemos ofrecer al bebé a
través de un contacto corporal amoroso y continuado, así como el hecho de
favorecer un estado de tranquilidad y relajación, fortalecerán su sistema
inmunológico.
Sistema gastro-intestinal
El masaje durante los primeros meses ayuda a madurar
el sistema gastro-intestinal, y después a regularlo.
El masaje ayuda en situaciones de cólicos y gases a
disminuir el dolor y las incomodidades, y a aliviar el estreñimiento, así pues, favorece la creación de un ambiente
más distendido en la familia facilitando una mejor relación entre padres e
hijos desde los primeros días de vida.
Sistema respiratorio
El masaje en la zona del pecho, espalda y hombros
ayuda a regular el sistema respiratorio y a aprovechar toda la capacidad
pulmunar.
Sistema circulatorio
A mayor aporte de oxígeno mayor limpieza de la
sangre.
Los movimientos de vaciado venoso (los de entrada) ayudan al retorno de
la sangre al corazón y producen un efecto tonificante.
Los de salida ayudan a
la sangre a llegar hasta los extremos (manos y pies) y producen un efecto
relajante.
Sistema linfático
Ayuda a drenar el sistema linfático suavemente.
Sistema muscular
El masaje tiene un efecto relajante y tonificante de
la musculatura.
Ayuda a disolver nudos de tensión física y emocional, que el
niño va acumulando a lo largo de los días.
En el niño, las tensiones físicas se
acumulan en diferentes zonas musculares según la fase motriz en la que se
encuentre.
Placer sensorial
El placer sensorial es importantísimo para poder
vivir el cuerpo y el ser con libertad, abertura, sensibilidad y
autonomía.
El masaje es una muy buena herramienta que nos permite tomar conciencia, de forma placentera, de las dimensiones y el espacio de nuestro cuerpo en relación al espacio externo.
Nos permite conocer nuestros límites corporales, que
en el futuro nos ayudarán a conocer nuestros límites respecto a los demás, a
respetarlos y hacernos respetar.
Si este conocimiento ha sido placentero, implica una
aceptación buena de uno mismo, factor clave para la seguridad, confianza y
autoestima.
Esta seguridad es la que nos mantiene en equilibrio emocional y nos
permite abrirnos al mundo aceptando a los demás.
Equilibrio tensión-relajación. Función
liberadora
Tensión: porque el estímulo táctil, auditivo, visual, emocional... que "juegan" en el masaje, ponen al bebé en estado de alerta, y lo abre a procesos de memorización y aprendizaje.
Relajación:
porque reduce la tensión excesiva cuando se canaliza.
Ayuda a autorregular y
procesar las experiencias vividas y permite al bebé liberar las tensiones
acumuladas del día con la persona en quien más confía, en un clima cálido,
tranquilo, de amor y acogida.
Con el masaje, el bebé aprende a responder a la tensión con la relajación.
El masaje diario aumenta el umbral para soportar los
estímulos en la mayoría de los bebes.
Los bebés con problemas de aceptación del
tacto (prematuros, hipersensitivos...), van aumentando gradualmente la
tolerancia de forma suave y cuidadosa.
La escucha del niño es básica al dar el masaje.
El
contacto corporal, vivido de forma positiva, ayuda al niño a disolver tensiones
corporales-emocionales, ya que le permite una vía de canalización y salida de
sus angustias.
A veces, cuando tocamos a un niño durante el masaje, se
desencadena el llanto.
Este llanto puede no estar relacionado a una razón
fisiológica concreta, ni al rechazo a nuestro contacto.
Podemos haber
facilitado una vía de salida a una situación estresante.
Este llanto es positivo y bueno que se produzca.
Saber escuchar y acompañar este llanto es una
necesidad que acerca y fortalece la relación y la confianza.
Por lo tanto
podemos decir que el masaje en los niños tiene dos funciones liberadoras:
Liberadora de tensiones físicas producidas por la
tensión excesiva.
Liberación emocional.
Vínculo afectivo
Ayuda a crear y a nutrir los lazos entre
madre/padre/masajista/bebé, que tan importantes son en la relación y comunicación entre
ellos.
Cuanto más vinculados estén los padres
respecto al niño:
Más vinculado estará el niño con los padres,
convirtiendo esta relación comunicativa tan fuerte en la base sobre la que se irá
construyendo el desarrollo positivo de su persona.
Cuando hay unos vínculos afectivos fuertes, hay una
buena base para un mejor conocimiento mutuo.
Aunque las condiciones no hayan sido favorables y no
se haya podido establecer una vinculación inicial (prematuros, adoptados
dificultad de contacto, etc.).
En definitiva el masaje infantil o pediátrico puede ser una vía para potenciar los vínculos entre los padres, cuidadores o personas cualificadas en estas técnicas.
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